En el mundo de los negocios siempre hemos tenido un debate entre empresas que deciden aumentar su gama de productos y servicios para intentar crecer y cuando estas decisiones han salido mal (la mayoría de las veces) se ha criticado la pérdida de la especialización a favor de un mayor abanico de gama.
La famosa trampa de la expansión de línea ya ocupaba desde los años 80 muchas lecturas a través de revistas y libros que explicaban este tema.