¿QUIEN PONE EL EQUILIBRIO EN LA EMPRESA?

QUIEN PONE EL EQUILIBRIO EN LA EMPRESA?:
Sin duda si hay una palabra clave en cualquier tipo de negocio es saber
mantener un equilibrio entre las diferentes actividades que llevamos a cabo en
el mismo.
Equilibrio en las finanzas, en el marketing, en las ventas, en la atención al
cliente, con los proveedores y con las personas que tengamos en plantilla.
El conocimiento es creencia verdadera y justificada y sólo si tenemos la
suficiente formación estaremos preparados para tener una empresa
equilibrada.
La racionalidad es la capacidad de saber utilizar el conocimiento para alcanzar
objetivos valiosos.
La razón, la verdad y la objetividad deben estar arraigadas en la cultura de la
empresa, han de ser naturales en el día a día para gestionar con éxito.
Ojo, ya que si tu sistema de creencias contiene alguna contradicción puedes
creerte cualquier cosa y así harás un mal diagnóstico.
El progreso viene de un conjunto de retrocesos y victorias (no podemos ganar
todos los días) tras aplicar la razón colectiva, la cooperación, la igualdad y la
ética.
Cuando surge una crisis las medidas que se toman dependen de las ideas
disponibles y estas serán mejores cuanto mejor formado tengas al equipo.
La suma de lo consciente e inconsciente (por eso se nos ocurren ideas en
cualquier lugar o momento) es necesaria para poder mantener un buen
equilibrio.
El conocimiento profundo da éxitos, la sola curiosidad o cotilleo no nos da
nada.
El plan de negocio más seguro es aquel que no depende de la suerte, sino de
la preparación y planificación equilibrada.
El desequilibrio es muy perjudicial y no sólo en el mundo económico sino en
cualquier faceta de nuestra vida, ves a diario titulares y artículos en la prensa
que te indican esto como por ejemplo el caso del gurú de las criptomonedas de
la plataforma FTX al que le han caído 25 años de cárcel por estafar miles de
millones de dólares a sus clientes, es un desequilibrio de la falta de ética.
Otro caso es el malestar y la rabia de los clientes que son atendidos por
máquinas y se ven impotentes de poder solucionar sus trámites, es un claro
desequilibrio de la atención al cliente.
Otro desequilibrio actual es el mal uso que se hacen de los aparatos digitales y
el daño que hacen sobre todo a los más jóvenes que lo convierten su propia
droga.
El dato de que en España faltan 1,5 millones de personas al día a trabajar es
un grave desequilibrio que a su vez origina otro como es la bajísima
productividad comparada con otros países europeos.
El creciente aumento tan radical de empleados públicos está originando un
grave desequilibrio de la deuda de nuestro país que castiga duramente a las
siguientes generaciones.
También tenemos el caso del sistema educativo español donde hay 17
sistemas (uno por cada comunidad autónoma) y mientras la ortografía por
ejemplo con 5 faltas puede suponer suspender un examen en Extremadura, en
cambio con 30 faltas puedes sacar un notable en Baleares, claramente estos
desequilibrios son muy graves y producen daños irreparables.
En la gestión de negocios podemos cometer variados desequilibrios y si no los
corregimos tendremos problemas a corto o medio plazo, por eso no podemos
cebarnos en una sola cosa, sino que debemos ver la foto completa de la
empresa.
Las personas precisamos de un buen equilibrio interno para poder rendir al
máximo tanto a nivel físico, espiritual como mental y cualquier desajuste que no
sepamos gestionar a nivel personal nos afectará al desarrollo laboral de éxito.
Un equipo se puede desequilibrar porque en cuanto alguno de los que forman
parte de él, se radicaliza, con algún problema que tenga influirá en todos y por
eso es tan importante la empatía, la ayuda de unos a otros según el momento.
Un líder que se desequilibre también puede generar un gran problema para la
buena marcha presente y futura de la empresa, por eso para el liderazgo hacen
falta unas condiciones especiales incluida la capacidad de recuperación,
resistencia y constancia que no permitan ningún desequilibrio.
Es importante darnos cuenta de cómo interpretamos lo que nos ocurre, por
tanto, valoremos los problemas como pasajeros, relativicemos, no
dramaticemos, ocupándonos en lugar de preocupándonos, aceptando lo
inevitable, armándonos de paciencia ante la adversidad y la incertidumbre
actual.
Sólo las empresas que sean capaces de captar a la primera cualquier
desequilibrio y ponerle remedio serán capaces de seguir en el mercado.
-No perdamos el tiempo hablando como a un sabio a quién es un necio.
-El yo es insignificante, el tú y el vosotros nos llevan a lo mejor, al
nosotros.
-Cuando construimos sobre falsos cimientos, a más construcción, más
ruina.
-Son ridículos los que dicen estar de vuelta, cuando realmente no han ido.
José Carrasco (Blog: www.josecarrascolopez.com)
AUTOR DEL LIBRO: COMO GESTIONAR PARA PERDURAR
Fundador de Azelera Formación y Fersay Electrónica (Abril-2024)

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