De las muchas palabras que usamos cada vez que nos referimos al mundo de las empresas podríamos destacar solidez financiera, marketing diferenciado, planificación y ejecución, finalidad, misión, visión, valores, cultura de empresa, estrategia, objetivos, clientes satisfechos, talento, capital humano y muchas otras al igual que tenemos un montón de músculos pero hay una que es fundamental en la estabilidad de una compañía y que se llama equilibrio.
Efectivamente como si de un avión se tratara el equilibrio entre un sinfín de ratios o indicadores en una empresa es fundamental para garantizar una cierta coherencia a la hora de alcanzar nuestras metas y para evitar sorpresas desagradables que nos hagan reaccionar en lugar de anticiparnos.
Queda claro que al igual que la famosa frase histórica “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando” son tan importantes los temas financieros, comerciales o el capital humano en las empresas, que son 3 patas fundamentales, pero al fin y al cabo todo depende de las personas ya que una buena planificación financiera, una estrategia clara como arma comercial así como cualquier otro servicio logístico, administrativo o de cualquier otro tipo va a depender de la calidad de las personas que formen nuestro equipo y del grado de preparación-formación que tengan y vayan adquiriendo.
Es decir una empresa obtendrá mejor equilibrio entre todos sus parámetros en función de la mayor o menor valía del personal de la misma y sobre todo de su capacidad de trabajar como un solo equipo y con un objetivo común para mantener todas las áreas equilibradas entre sí.
Sin olvidar retos tan importantes como la práctica diaria entre sus miembros de los valores como pueda ser la ética o cualquier otro relacionado con la responsabilidad social corporativa y la imagen que la empresa transmita no solo físicamente sino también a través del mundo digital donde debe estar cada vez más presente y sobre todo activa porque algunas estar están pero como si no estuvieran ya que esto requiere de la misma o más continuidad que en el mundo físico.
Pero como para tener una empresa equilibrada se necesita un equipo eficaz volvemos a necesitar un liderazgo ejemplar y por lo tanto si las personas tienen en su mano a través de los servicios prestados a sus clientes el equilibrio de la empresa, este solo se conseguirá si tenemos o somos el líder adecuado y eso pasa por lo tanto también inevitablemente por ser una persona equilibrada la que dirija al capital humano, o sea a la empresa.
Ese líder debe hacer que todo su equipo humano vea tan lejos como él en el horizonte la visión de donde debe ir la empresa, insistir en que en el tablero de ajedrez que es el mercado solo hay sitio para gente con capacidad de ver a largo o al menos a medio plazo y no solo para el próximo trimestre como hacen algunos. Escondidos en la melee del rugby solo ves el suelo y necesitamos poder vislumbrar todo el campo global para hacer la jugada maestra.
Debemos inculcar la actitud de que todos estamos en el mismo barco y de que no vale decir que se está hundiendo tu lado ahora, ya que se hundirá por completo en breve espacio de tiempo. Hacer ver a todos que el cambio, la velocidad y la anticipación son imprescindibles para alcanzar el equilibrio y que todo eso requiere de grandes dosis de análisis de mercado y planificación.
Que elementos como la calidad no solo en los productos sino también en los servicios ofrecidos a nuestros clientes y la máxima atención al contacto con los mismos también pertenecen al catálogo que debe formar parte del equilibrio de nuestra compañía al igual que la productividad y la eficiencia en la inversión que hacemos de nuestro tiempo sabiendo priorizar lo importante de lo urgente y sabiendo las tendencias que se van a producir en el mercado.
Una empresa equilibrada es una empresa de éxito pero no hay ascensor para llegar al mismo sino que debemos ir por las escaleras.
Con el tiempo una empresa equilibrada se convierte en una marca de buena reputación ya que da mensajes claros a sus clientes y no va como otras dando bandazos de un lado a otro. La marca la creamos todos sin excepción con lo que volvemos a lo importante, las personas. Por eso el líder debe ser al final un facilitador que haga posible que el equipo llegue donde individualmente jamás llegaría ninguno de los que lo componen. Fidelizar empleados va antes que fidelizar clientes.
Se habla mucho de estar alineados en las empresas y eso se refiere precisamente a estar equilibrados en torno a un mismo objetivo final para no gastar energías innecesarias si cada uno va por un lado sin conectarse a la misma estrategia, a la misma cultura, a los mismos valores.
Y una vez seamos capaces de tener una empresa equilibrada debemos tener en cuenta que habrá que seguir creciendo y para ello debe crecer nuestro equipo antes, es decir para poder conseguir crecimiento empresarial antes hay que invertir en crecimiento personal y profesional con lo que la formación vuelve a ser fundamental para garantizarnos esto.
Me despido como siempre deseando mucha suerte porque la van a necesitar a aquellos que no tengan su empresa mínimamente equilibrada y mucho éxito casi seguro a los que invierten en este tipo de planteamientos y con unas frases para reflexionar al respecto:
-Recuerda el pasado porque es tu historia, sueña con el futuro porque es tu oportunidad y disfruta con el presente porque es tu realidad.
-La perfecta igualdad no existe salvo entre los muertos.
-El pesimista se queja del viento, él optimista espera que cambie y el líder ya está arreglando las velas.
José Carrasco
FERSAY ELECTRONICA.
www.josecarrascolopez.com