Algo más del 98% de las empresas que hay en España son pymes pero nunca se habla de ellas ni se hacen políticas de apoyo para ellas, sino para las grandes corporaciones que son muy pocas. Casi el 70% del empleo total está en estas empresas así que son mucho más importantes para la sociedad de lo ignoradas que son.
Gracias a algunos políticos casi nadie conoce realmente lo que son las pymes y la gente que es universitaria cuando llega a estas empresas no tiene ni idea de la realidad actual y de lo mucho que tienen que hacer para sobrevivir. Muy al contrario se creen porque así se lo han contado que con tener un título universitario ya no van a tener que esforzarse más y van a tener unas condiciones muy buenas solo con presentar su logro educativo.
La realidad sin embargo es muy diferente y las carencias que pueden traer estas personas en competencias, actitudes y valores son demasiado potentes como para tener éxito laboral y por eso hay tanta rotación laboral, algunos buscan el paraíso que no existe.
Algunos políticos que nunca han trabajado o lo han hecho poco se permiten el lujo de opinar y trasladar una imagen de las pymes que no se corresponde con la realidad.
El sistema educativo español obtiene unos resultados desastrosos en parte porque está politizado y en parte porque está alejado del mundo real de la empresa.
Normalmente una empresa nace a base de muchas carencias, con poco capital, mucho riesgo para el que la pone y mucho esfuerzo sobre todo cuando se trata de autónomos que trabajan muchísimas horas y tienen muy pocas vacaciones ya que no pueden permitirse cerrar sus negocios por riesgo de pérdidas de ventas que necesitan y peor todavía por pérdidas de clientes si no son atendidos de inmediato.
Cuando se habla de desigualdades en la sociedad española se suele desviar la atención por caminos muy dudosos, pero la mayor y verdadera desigualdad de la actual sociedad está en la enorme diferencia de privilegios entre el empleado público y el privado y el pequeño empresario.
Cuando estalló la crisis en España ya con virulencia en 2009 y años posteriores mucha gente perdió sus empleos y otros vieron bajar sus salarios considerablemente, lo que hizo desaparecer a gran parte de la clase media española, la que mantiene realmente con sus impuestos a la parte pública que ni se quedó sin empleo ni sufrió las bajadas de salarios tan drásticas que sufrió el sector privado.
Todo el mundo sabe que las grandes empresas tienen su propia ingeniería financiera pero las pymes son las grandes mantenedoras al pagar en proporción más impuestos.
Cuando baja el consumo las empresas pequeñas venden menos y a su vez suelen bajar márgenes y hacer más ofertas lo que genera menos recursos económicos y menos empleos y con menores salarios. Pero es el cruel mercado quien pone las reglas.
Y mientras las pequeñas empresas españolas del sector privado luchan a base de esfuerzo para sobrevivir, en el sector público gozan de numerosos privilegios que se pagan con los impuestos de estas generando la mayor injusticia y desigualdad de la actual sociedad. Y a esto habría que añadir a todos los enchufados, liberados, dados de baja permanente, prejubilados y demás personas que no producen nada.
En las aulas del sistema educativo se deberían enseñar los auténticos valores, visión, misión y cultura de las pequeñas empresas y enseñar a que al menos se valore a toda esta gente que día a día se esfuerza en sobrevivir haciendo posible que mucha gente pueda tener un empleo de la máxima calidad que el mercado le permita a la empresa.
Y enseñar que una empresa vive de los márgenes y que por eso reventar los mercados solo sirve para generar más pobreza y que las cosas deben tener un valor justo.
Es impresionante el poco apoyo que reciben las pequeñas empresas y las muchas críticas la mayoría infundadas ya que al igual que hay personas éticas y responsables que trabajan hay otras que ni practican lo uno ni lo otro y así mismo hay pequeños empresarios que son éticos y otros que no lo son. Son personas siempre al final la clave.
No puede haber buenas empresas si no hay una buena sociedad y en España se ve con buenos ojos al pícaro que se aprovecha del sistema y se desvía la atención culpando a las pequeñas empresas en lugar de inyectar más valores éticos a nivel general.
Todos somos responsables de tener mejores empresas, por eso hay que cambiar la mentalidad a través de un buen sistema educativo y sin especulaciones.
Mientras se burlen de los que se esfuerzan conocidos como pringados a costa de valorar a los vividores y aprovechados como los más listos iremos a peor, para mejorar el futuro de nuestros jóvenes hay que darles un baño de realidad, justicia social y elevar el listón.
El límite de tu comprensión actual no es el límite de tus posibilidades.
José Carrasco
FERSAY ELECTRONICA, S.L.
Blog: www.josecarrascolopez.com