LAS TRES ES QUE VIVEN INEXPLICABLEMENTE SEPARADAS:
Hay tres palabras que empiezan por E y deberían estar unidas y colaborar por
el bien común, pero por desgracia es justo, al contrario, están separadas y
cada una va por su lado generando problemas añadidos a nuestra sociedad.
La educación, el empleo y la empresa son tres palabras importantes en el
desarrollo humano actual y sin embargo no solo no están conectadas, sino que
nadie ha sido capaz de ponerlas a trabajar en equipo.
Las contradicciones que se ven en el día a día con estas tres palabras son muy
evidentes, por un lado los empresarios en general y los pequeños en particular
se quejan de que no encuentran personal adecuado para cubrir sus
necesidades en la empresa, por otro lado los profesores se quejan de que tras
la formación de los jóvenes, estos no encuentran fácilmente trabajo y los
jóvenes y no tan jóvenes se quejan de que para ellos es complicado encontrar
trabajo, esto es una gran contradicción que además perjudica gravemente a la
economía y sobre todo al desarrollo de las personas.
La educación debería estar pegada al mundo de la empresa para realizar los
programas adecuados que garanticen a las empresas encontrar el personal
adecuado y los que buscan empleo deberían abrirse a nuevas formaciones
especializadas que faciliten ocupar los puestos que las empresas necesitan.
La colaboración del mundo educativo con el empresarial generaría unos
enormes beneficios a medio plazo que ahora suponen un problema para
ambas partes, para los empleadores y para los buscadores de trabajo. Pero la
pregunta clave es ¿por qué entonces no colaboran, que hay en medio que no
deja que estos dos mundos se entiendan para beneficiar al tercero que es el
interesado en trabajar?
Quizás sea la política, la ideología, la que entorpece y dificulta que se
entiendan con programas a largo plazo los mundos educativo y empresarial.
La política genera desconfianza entre los tres actores al enfrentarlos en lugar
de unirlos, y así la educación va por su lado, la empresa por otro y el
interesado en encontrar empleo por otro. La política también genera cantidad
de burocracia haciendo más difícil y costoso para todos que puedan practicar la
máxima colaboración, sobre todo para los pequeños y medianos empresarios.
Cuando lo lógico sería que esos tres actores fueran de la mano, lo curioso es
que están muy distanciados y así se generan frustraciones tanto para los
buscadores de empleo como para los buscadores de empleados.
También es evidente que tenemos otro grave problema con el relevo
generacional ya que hay pequeños negocios o incluso medianos que siendo
rentables y teniendo una cartera de clientes interesante cuando se jubilan los
dueños se están cerrando, esto afecta sobre todo al comercio (por ejemplo, en
el sector electrodoméstico y ferretero, pero también a otros y a la hostelería).
No tiene ningún sentido que no se ponga remedio a estas graves
contradicciones en el mercado laboral ya que además desmoraliza tanto a unos
como a otros, para nadie es agradable perder ventas o negocio porque le falte
gente ni es agradable ver que no encuentras empleo cuando hay empresas
buscando personal.
La formación profesional podría jugar un papel fundamental si se potencia tanto
a sí misma como su implicación con las necesidades de las empresas, no solo
en el momento presente sino posiblemente las futuras necesidades.
Cada zona geográfica tiene sus puntos fuertes y débiles en economía y por eso
cada zona debe hacer un estudio de las necesidades actuales y futuras para
dirigir a la máxima cantidad posible de candidatos hacia esas necesidades.
Todos saldrían beneficiados y sería una forma de hacer más fuerte la economía
local.
Si por ejemplo en una ciudad de tipo mediano el 90% de los jóvenes han
realizado la misma carrera o los mismos estudios y lo que han elegido no se
necesita en esa ciudad lo único que tendremos es a jóvenes frustrados ya que
habrá muy pocos que encuentren empleo o que se puedan ganar la vida con su
formación porque habrá tanta competencia entre ellos que cobrarán bajos
precios con tal de captar clientes y así no se genera una buena economía, sino
una supervivencia extrema.
Incluso aquellos que tras su formación decidieran emprender ellos mismos y
montar su propio negocio o empresa podrían tener muchos problemas si hay
demasiados con la misma formación, por lo que también estamos impidiendo la
creación de nuevas empresas y la frustración de muchas personas que tras un
enorme y largo esfuerzo formativo ahora se ven impotentes en buscarse la
vida.
La colaboración entre las dos partes principales de esta ecuación como son el
mundo educativo y el empresarial haría que el buscador de la tercera E de
empleo saliera beneficiado de esta contradicción actual que tanto daño nos
hace a la sociedad en general y a los que mueven la economía en particular.
No olvidemos que España es un país de pymes y sobre todo de pequeñas
empresas, algo más del 98% de las empresas en nuestro país son pymes o
micropymes y no se puede ir en contra de la realidad o correremos el riesgo
como sociedad de dejar inactivos a gran cantidad de personas que tras
haberse formado durante bastante tiempo se vean imposibilitados de buscarse
un modo de vida digno que es lo que les vendimos cuando empezaron su
formación.
-Hay dos clases de hombres, quienes hacen la historia y quienes la
padecen.
-Hay quienes pasan por el bosque y no ven leña para el fuego