Uno de los factores que más contribuyen al éxito hoy día en los negocios es sin duda alguna la capacidad de relacionarse entre personas y empresas y aprovechar así oportunidades de negocio y sinergias para crecer y abrir nuevas líneas de negocio.
Lo contrario también es un claro factor de fracaso, el aislamiento y seguir siempre con los mismos contactos sin renovarlos también producen la decadencia de una empresa.
La mayor influencia de que una empresa sea más asociativa y colaborativa depende en gran medida de sus máximos responsables y ellos determinan si la empresa se inclina hacia un lado o el otro.
Muchas veces los encuentros multisectoriales donde conoces gente de otros sectores distintos al tuyo te proporcionan una gran riqueza de nuevos puntos de vista que jamás aprenderías si te limitas a lo conocido de siempre (zona de confort).
Algunos son incapaces de crear relaciones porque van sembrando semillas en el cemento y claro está, ahí no sale nada.
Hay quien piensa que porque tenga una posición de responsabilidad en una empresa ya no necesita expandir las relaciones y se esconde en su propia compañía acabando totalmente aislado y sin poder analizar otros puntos de vista.
Como es obvio esto es puro miedo, pura inseguridad ante los demás y por eso practican políticas individuales y solitarias que nunca hacen equipo a nivel interno.
Siempre culpan de todo a los demás y buscan que les solucionen todo ya que no disponen de opciones por falta de buenas y numerosas relaciones.
Algunos expertos dicen que huimos del silencio porque no nos gustamos y de la misma forma huimos de otras personas por si descubren nuestras carencias.
La falta de relaciones dificulta la creatividad ya que esta florece cuando gente muy diferente colabora e interactúa sumando conocimientos.
Es muy dañino para cualquier empresa que nos limitemos a seguir un solo camino sin estudiar otras opciones que nos propongan.
Y es que no hay atajos para alcanzar la verdadera madurez emocional, imprescindible para poder tejer una red de relaciones colaborativas muy enriquecedoras.
A nivel interno pasa lo mismo, sin no se establecen relaciones colaborativas, no habrá un auténtico equipo y tampoco se producirá progreso alguno ya que este viene del aprendizaje colaborativo y nunca podremos llegar a la inteligencia colectiva aplicada a la gestión del día a día. La flor del soberbio es el narciso y su animal el pavo real.
La soberbia es un virus muchas veces mortal que acaba con las empresas ya que no permite avanzar en ninguna dirección. Desmotiva a todos e impide por completo la innovación y cualquier tipo de mejora dejando la empresa bloqueada.
Las personas soberbias van perdiendo relaciones, nadie quiere estar con ellas porque acaban siendo tóxicas y muy peligrosas para unas colaboraciones sanas.
No puede haber ningún tipo de entusiasmo o pasión en las relaciones con gente soberbia ya que solo tienen en cuenta su propio criterio y no escuchan otras opciones o nuevas posibilidades y así se van aislando en su propio mundo.
Consiguen además generar un clima autoritario dentro de la organización donde impera el miedo a opinar, el pasotismo y la huida de todos hacia su propia zona de confort.
El soberbio solo cree en su talento así que es imposible que haya suma de talentos pues todo intento queda anulado y sometido creando un entorno hostil y un ambiente irrespirable donde solo se desea que llegue la hora de salir.
El soberbio nada puede sumar o aprender de otros y tampoco su ego le permite reconocer errores y rectificar así que cae en la repetición de malas prácticas que con el tiempo pueden poner en peligro a la empresa.
Al soberbio le cuesta delegar ya que siempre desconfía de las capacidades de otros así que no hay crecimiento profesional posible y cada uno se mantiene en su rol hasta que ya se ha quedado obsoleto y se ha fabricado una compañía paleolítica.
Me despido como siempre deseando mucha suerte a los soberbios porque la van a necesitar y muchos éxitos a los humildes porque no dependerán de la suerte con unas frases para nuestra reflexión:
-No hay que apagar la luz del otro para que brille la nuestra.
-Lo importante no es ser mejor que otros sino ser mejor que ayer.
-Se piensa solo, se razona en equipo.
-Los que solo usan el yo en lugar del nosotros son peligrosos.
José Carrasco
FERSAY GROUP
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