El grado de competitividad de una empresa es la multiplicación de la estrategia por la organización y por eso es tan importante acertar en la estrategia a seguir así como en el modelo organizativo y la ejecución de la misma.
La estrategia debe servir para diferenciarnos bien en productos en la marca, en los servicios o en la comunicación, de lo contrario no sirve de nada.
La propuesta de valor que hagamos al mercado debe estar definida por la estrategia para que sea coherente y debe reforzar todo el marketing de la compañía.
La estrategia debe descubrir lo que no se ve a simple vista, lo que está cubierto, oculto, en el mercado y en nuestra empresa.
Un análisis previo sobre las tendencias, el entorno y siempre teniendo en cuenta el nuevo mundo digital debe ayudar a diseñar la estrategia adecuada.
Una estrategia es imprescindible para cualquier tipo de negocio independientemente del tamaño del mismo, un error clásico de pequeños negocios es pensar que no necesita una estrategia, nada más lejos de la realidad.
A la hora de analizar el entorno y las tendencias tanto económicas, demográficas y otras es conveniente trabajar siempre con datos contrastados, uno de los errores más comunes a la hora de definir un buena estrategia es coger lo superficial, titulares de prensa por ejemplo y no leer la letra pequeña para saber interpretar bien la realidad.
Otro aspecto importante de la estrategia es su revisión y ajuste periódico ya que antes la estrategia servía para el medio y largo plazo pero ahora esto es imposible en el entorno tan volátil por lo que se recomienda revisar la estrategia cada 6 meses.
Para diseñar una buena estrategia se requiere prestar mucha atención a su confección pero también a su ejecución para asegurarnos de que se aplica en la gestión diaria.
Nuestro equipo debe estar preparado para ser flexible, para poder cambiar e ir adaptándonos al mercado ya que cambio sin acción es pura ficción. Las sinergias entre los empleados de la empresa y con los clientes son más necesarias que nunca ya que las sinergias sirven para unir diferencias.
Y lo más importante de una buena estrategia es que nos obliga a ESCOGER, no vale dispersar recursos económicos y humanos o no funcionará.
Una empresa admirada es única y elige una estrategia diferente a la de sus competidores, no tiene grandes dilemas o conflictos innecesarios a la hora de tomar decisiones pues todo el mundo está alineado en torno al cliente.
El valor de una empresa son los elementos diferenciadores que la hacen distinta a las demás y que son sus ventajas competitivas que debe preservar la estrategia.
Toda empresa debe ser fiel a su visión porque es lo que la dirige hacia el futuro y no hacia el pasado ni al presente y además es el proyecto atractivo que los empleados quieren tanto los actuales como los futuros, así se mantiene y se contrata talento.
Una vez definida la estrategia hay que ser constantes y no perder de vista en ningún momento el objetivo colectivo.
Una de las trampas más peligrosas es querer imitar todo lo que hagan los demás actores de nuestro mercado y así en lugar de diferenciarnos nos igualamos más todavía y de esta forma somos nosotros mismos los que nos convertimos en un comparador de precios.
Si ofrecemos lo mismo que los demás los clientes solo nos querrán por precio más bajo y esto es como darse un tiro en el pie, habrá productos que debamos tener porque tengan demanda por parte del cliente final pero no todos y aquí es donde hay que buscar las diferencias con el resto.
Cuando todos los comercios por ejemplo ofrecen lo mismo que las grandes superficies o hipermercados el consumidor solo se fijará en el precio ya que es el mismo producto y esto es un grave error que se comete por pura comodidad o ignorancia empresarial.
Me despido como siempre deseando mucha suerte a los que no tienen estrategia o la tienen equivocada porque la van a necesitar y mucho éxito a los que tienen una buena estrategia y la saben ejecutar con unas frases para nuestra reflexión:
-No se puede acertar a dos dianas con una sola flecha.
-Si no defines tu propio plan, caerás en el plan de otros.
-En la medida en que no te haces preguntas a ti mismo vives con las respuestas de otros.
-Planificación sin ejecución es igual a alucinación.
José Carrasco
FERSAY GROUP
www.josecarrasco.com