Desde la antigüedad nuestros antepasados no tuvieron más remedio que aprender a colaborar para hacer posible su propia supervivencia. Al principio formaron pequeñas familias demasiado vulnerables a los ataques de otras más numerosas, luego formaron tribus y así fueron evolucionando para poder defenderse de los invasores que querían sus territorios. Estamos aquí ahora porque históricamente hemos cooperado.
También aprendieron que para cazar y capturar presas que les pudieran alimentar muchas veces no tenían más remedio que trabajar en equipo, colaborar.
Nuestra civilización aceptó con toda naturalidad mezclarse unas tribus con otras, unos pueblos con otros para formar países o territorios más amplios y que estuviesen protegidos de otros que pretendían conquistarlos.
Sin embargo en la actual sociedad occidental cada vez más prevalece el individualismo y ya desde el sistema educativo se promueve la competencia por sacar mejoras notas que otros en lugar de enseñar que lo importante es la colaboración ya que siempre hay asignaturas que se te dan mejor y otras peor y a otro compañero justo al revés, con lo cual podríamos ayudarnos mutuamente.
Al llegar al mundo de la empresa muchos jóvenes a pesar de presentar un buen historial académico son incapaces de trabajar en equipo, no saben colaborar y resulta que en las pequeñas o medianas empresas es más necesario que nunca para conseguir los objetivos comunes.
Uno solo se siente apoyado si tiene a otros colaborando a su lado, el llanero solitario engreído y soberbio ha pasado a la historia porque en el fondo es un homos inferioris, un ignorante y analfabeto emocional.
Además solo se nos ocurren más ideas a todos cuando intercambiamos nuestras inquietudes y nuestros conocimientos y hoy día necesitamos las ideas para poder avanzar.
Aquellos que tienen una actitud positiva en la vida precisan el contacto humano, buscan la colaboración y el intercambio, les gusta aportar desinteresadamente y participar en los proyectos y debates y así a su vez se enriquecen ya que es un círculo virtuoso.
Muchas veces cuando sentimos que estamos llegando a nuestros límites son otros los que nos hacen ir más lejos al apoyarnos y demostrarnos que esos límites solo son psicológicos pero no reales y que siempre podemos superarnos.
No se puede ir por la vida, tampoco por la laboral, con el piloto automático puesto, eso además es aburrido aunque mucha gente se acomode y se estanque permanentemente.
Dentro de los 2 grupos de gente actual en las empresas, están los que luchan y los que solo se quejan y estos últimos siempre son los solitarios, los incapaces de trabajar en equipo, los incapaces de convencer con razones y usan para ello sus galones u otros métodos más retorcidos y deplorables.
Si queremos ser personas de calidad en el trabajo, solo creando aspectos positivos a nuestro alrededor lo lograremos, si damos calidad a nuestra gente ellos se la darán por contagio a nuestros clientes y ahí ya tendríamos una batalla ganada, si das amabilidad a toda la gente con la que interactúas ellos se la darán a nuestros clientes, si damos confianza a nuestros compañeros de trabajo, ellos trasladarán esto a los clientes y saldremos todos beneficiados. Si damos ejemplo lo más seguro es que toda nuestra gente se lo de también a los clientes y es evidente que vivimos de ellos, no debemos olvidar que las empresas que quieran tener éxito deben estar orientadas a los clientes, no a sus jefes.
Claro que debemos pensar solos, muchas veces, sobre todo cuantas más responsabilidades tengamos pero debemos razonar en grupo y pensar solo no implica el negarnos a razonar nuestras ideas e inquietudes.
Aquellos que tienen problemas para conectar en un mundo donde hasta la tecnología se ha desarrollado para facilitar esto es evidente que van en dirección contraria a lo que necesitamos para alcanzar los objetivos.
Solo generamos otras alternativas a los problemas o a los retos del mundo de la empresa cuando interactuamos con otros, solo así encontramos nuevas soluciones, nuevos enfoques y avanzamos.
El miedo a la relación con otros solo viene por inseguridad, por complejos internos, el aislamiento solo tiene aspectos negativos y muchas veces la diferencia entre una empresa exitosa y otra fracasada viene como consecuencia de la dificultad para relacionarse, para colaborar, para cooperar con otras empresas ya que las relaciones no solo deben producirse dentro de la empresa entre nosotros sino con el exterior, con los mercados en los que nos movamos e incluso con gente distinta de otros mercados ya que tendrán otras opiniones que nos pueden enriquecer.
Muchas veces el propio egoísmo humano hace que estemos tan pendientes de nuestros beneficios que seamos incapaces de ver el beneficio común, el beneficio compartido.
Es de auténticos ineptos e incapaces pensar hoy día que para que unos ganemos otro tienen que perder, solo se puede pensar así con un pensamiento limitante y de muy corto alcance, solo piensan así los que van sin luces y nunca las ponen, ni la corta ni la larga, los que están tan ciegos que son incapaces de ver las oportunidades y los beneficios comunes para todos.
Los seres humanos cuando nos conectamos entre nosotros estamos conectando con el conocimiento, solo aprendemos a resolver conflictos y diferencias si nos relacionamos y solo así llegaremos a nuevas soluciones para los desafíos que siempre se van a plantear en el mundo de la empresa.
Los incapaces de relacionarse son en realidad unos zombis, caminan entre los demás de la empresa pero en realidad están ausentes, practican el presentismo sin ningún objetivo positivo concreto.
Decir o pensar que lo que nosotros hacemos es lo más importante en la empresa es un acto de soberbia y un desprecio a la labor de los demás, la colaboración es admitir que la suma de lo que hacemos todos da un buen resultado, en muchas empresas cada uno piensa que su área es la más importante y no valora lo que hacen otros departamentos ni otras personas y eso impide la cooperación a fondo y el trabajo en equipo.
Los expertos pueden tener muchos conocimientos pero si no los comparten, ese conocimiento pierde valor ya que no se aplica, nadie lo sabe todo y por ello la actitud colaborativa es imprescindible en la empresa.
Potenciar una cultura colaborativa tanto hacia el interior de la empresa como hacia el exterior de la misma es una de las responsabilidades clave de los que dirigen las pymes y lo contrario solo irá hacia el fracaso.
La empresa que no aprende no progresa y solo aprenderemos si todos nos relacionamos y compartimos.
La diferencia entre unas empresas y otras antes, durante y después de esta catástrofe económica vivida en los últimos años reside en aquellas que han sido capaces de colaborar entre sus empleados, con sus clientes, con sus proveedores y con su entorno incluso porque no hay nada más motivador para alguien que trabajar para una empresa que colabora con proyectos solidarios y no hay nada más motivador que ver cómo cambia y se adapta una empresa a realizar nuevos proyectos con otras empresas buscando de esta forma garantizar su propia supervivencia por mucho cambio que ello suponga, pero es mejor ver una empresa que busca nuevas alternativas aunque sea a base de tener que adaptarse a la colaboración con otras que ver una empresa inmovilista que se queda estancada y no hace nada por buscar su futuro, un nuevo futuro que seguro va a requerir de un esfuerzo extra, de imaginación, de innovaciones pero que siempre será mejor que no mover ficha, que no querer intentarlo y condenarse así a convertirse en un auténtico dinosaurio.
Me despido como siempre con unas frases para reflexionar y deseando mucha suerte a los incapaces de cooperar (la van a necesitar en cantidad) y mucho éxito a los que apuestan por colaborar a todos los niveles y buscar nuevas fórmulas para su empresa:
-Cuanto más ayudo a otros a tener éxito, más exitoso soy.
-Y llego el día en que el riesgo que representaba permanecer dentro del capullo era más doloroso que el riesgo de florecer.
-La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre.
-Ninguno de nosotros es más importante que todos nosotros.
José Carrasco
FERSAY ELECTRONICA
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