Dentro de las empresas que tienen bien definida la cultura, con sus valores, visión y misión existe un sentimiento de orgullo de pertenencia que no pueden tener aquellas que simplemente funcionan a la deriva, sin una referencia para el equipo humano.
Cuando no hay valores definidos en una empresa por pequeña que sea se producen múltiples problemas empezando por no tener claro cómo seleccionar el personal, cómo formarlo después y cómo integrarlo dentro de la compañía con garantías de éxito.
Además al no tener una referencia común para todos es casi misión imposible crear un auténtico equipo y esto crea todavía más problemas al funcionamiento de la misma.
Cuando ves una empresa sin una cultura sólida te das cuenta de que la falta de valores claros comunes hace que cada uno piense egoístamente en parecer bueno de cara a la galería pero lo que necesitan las pymes no es querer parecer bueno, sino que la gente quiera ser buena, quiera alcanzar la excelencia en todo lo que toca.
Si una empresa no está basada en valores parece un desierto espiritual, parece no tener una dirección clara y esta carencia impide el orgullo de pertenencia, la gente trabaja rutinariamente, sin aportar ideas, sin dar todo lo que podrían dar, nadie se atreve a plantear cambios que podrían suponer mejoras, todos trabajan para “supuestamente” contentar al jefe, no para contentar al cliente y así las ventas no son las que podrían ser ni mucho menos y a la larga vienen graves problemas con difícil solución.
Si siempre decimos que la buena gestión es como la buena salud de las personas donde es mejor prevenir que curar cuando ya es tarde, en este caso esto se lleva al extremo.
Sin referencias claras en valores nadie respeta nada, solo hay apariencias y luego por detrás hay una emisora continua de rumores (los rumores se convierten en tumores en una organización) y una apatía que hace imposible el buen clima laboral.
Se contagian siempre más fácilmente las emociones negativas que las positivas y sin cultura adecuada en una empresa la desilusión impera en la plantilla y nadie es capaz de ponerle la pasión que todo trabajo necesita para hacerlo con excelencia.
Todo el mundo evita tomar decisiones y responsabilizarse y así el ambiente es hostil y no permite ni la creatividad, ni la innovación, ni el progreso.
Se genera además una ansiedad innecesaria y una atmósfera irrespirable que acaba traduciéndose en unos resultados mediocres al principio y desastrosos después.
De esta manera no hay tampoco una organización clara ni definida y se pierde infinidad de tiempo en repetir tareas o en hacerlas mucho más lentas de lo habitual.
En este tipo de empresas no se aprende ni se mejora a través de programas de formación porque la gente no tiene ningún interés en desarrollarse porque no quieren ni siquiera imaginarse el futuro en esa empresa.
Son empresas que limitan a la gente en lugar de desarrollarla y hacerla crecer.
Los valores y la cultura de empresa con la visión y misión de fondo tienen además la capacidad de permitirnos evaluar con mucha más exactitud los rendimientos, la productividad, la iniciativa y la superación de cada uno lo que nos permitirá realizar una política mucho más efectiva hacia cada profesional para no caer en valorar más las apariencias que la auténtica actitud y la meritocracia real.
Estas empresas con falta de valores claros y su práctica crean conformidad en su plantilla y nunca nadie se plantea dar un salto hacia mayores responsabilidades.
Los valores nos permiten diferenciarnos del resto de competidores, es esa parte imposible de copiar y que siempre siendo invisible de cara al exterior produce una diferencia interna que produce un estilo propio que nos da una identidad única.
Los valores también nos ayudan a centrarnos, a establecer prioridades y a concentrarnos en lo realmente importante y evitar así numerosas pérdidas de tiempo.
Me despido como siempre deseando mucha suerte porque la van a necesitar (casi un milagro) a los que no tienen una cultura de empresa clara con valores establecidos y muchos éxitos (que seguro lo tendrán) a los que tienen una cultura de empresa poderosa con valores en su base muy arraigados y practicados en el día a día con unas frases para nuestra reflexión:
-Sin valores no duran los amores.
-Gestión es lo que hacemos, liderazgo es lo que somos.
-Casa sin cimientos se la llevan los vientos.
-Una organización sin valores es como un coche sin luces conduciendo de noche.
José Carrasco
FERSAY GROUP
Blog: www.josecarrascolopez.com