Por supuesto no me refiero a las distracciones durante el trabajo que bajan la productividad y aumentan los errores deteriorando con ello la calidad, sino las distracciones de nuestro posicionamiento en el mercado y de la gran cantidad de información disponible que tenemos lo que nos provoca problemas para asimilarla (infoxicación) e incluso muchas veces información contradictoria que nos confunde, nos distrae y nos desvía de nuestros objetivos que parecían tan claros y ahora aparecen algo borrosos en nuestra mente.
Debemos seleccionar muy bien lo que necesitamos asimilar para estar al día pero sin que ello nos perjudique en la estrategia, prioridades u objetivos a corto, medio y largo plazo.
La serenidad es mantener tu máxima atención en algo concreto, si no lo hacemos así no conseguiremos el equilibrio, algo fundamental para mantener nuestra organización en forma.
No olvidemos que hay personas que tienen la costumbre de distraernos, son como agujeros negros, nos absorben toda la energía y nos desvían de las prioridades, estas personas hay que alejarlas porque producen un daño importante a la compañía ya que la bloquean con cosas poco importantes, son especialistas en enredar situaciones que aparentemente no son complejas y hacen que dediquemos energías que ahora necesitamos para estar más centrados que nunca en las prioridades.
Recordemos que como dicen los expertos en la materia los muros de la mente son más gruesos que los de piedra y eso es malo para todos, no podemos perder de vista lo esencial con discusiones estériles que a ningún sitio conducen salvo al desastre.
Con la situación de mercado que tenemos no podemos permitirnos el lujo de desviarnos de nuestro camino, planeado, pensado y diseñado para poder sobrevivir en un entorno muy turbulento.
Las distracciones matan la creatividad y no nos permiten ser del pelotón de elegidos a quedarse en el mercado para que cuando pase lo peor podamos volver a florecer y realizar nuevos proyectos.
Dicen que ahora las intenciones son tan importantes o más que las competencias y habilidades ya que son fruto de nuestra actitud pero no podemos tolerar que nos alteren la estrategia lo más mínimo o lo lamentaremos, todos a una como fuenteovejuna y nada de ir cada uno en una dirección, como si se tratase de un equipo de fútbol, todos hacia la portería contraria y sin dudarlo jamás, esa es la actitud correcta.
Una de las cosas más difíciles de llevar a cabo para no perder la posición en el mercado es saber actualizar a los proveedores y clientes detectando quién se ha quedado atrás ya que es uno de los problemas de la situación actual del mercado y no podemos permitir que nadie nos contagie sus defectos y sus carencias, a veces el conocer a una empresa hace mucho tiempo puede ser una desventaja a la hora de decidir si nos conviene seguir con ellos quedándonos en otro pelotón más retrasado y aquí hay que saber escoger bien.
Además es responsabilidad nuestra dedicarnos principalmente a centrar los esfuerzos de todos y no permitir desviaciones que perjudiquen gravemente la consecución de los objetivos deseados ya que de no intervenir nos iremos desviando cada vez más del camino trazado y no es nada recomendable ir dando bandazos.
Ahora ya no es momento de tener gente en nuestras plantillas que se distraen y hacen que se distraigan los demás, si alguien no se centra a pesar de ayudarle a ello es que no está comprometido con el proyecto y no merece tener el empleo, quizás haya que dar la oportunidad a otros que han tenido mala suerte y se han quedado sin trabajo por cierre de su empresa después de muchos años en ella. La atmósfera exterior ya nos asfixia bastante con sus cambios de carril constantes y su pesimismo generalizado y no podemos permitir que ello nos infecte en el interior de la empresa o lo pagaremos muy caro, debemos escoger muy bien ahora cada paso para dedicar el tiempo solo a lo verdaderamente importante.
Una de las cosas más complicadas en estos momentos de decadencia Europea, de mediocridad en nuestro país por parte de los que dirigen nuestros destinos es el mal ejemplo que transmiten sobre todo a los jóvenes y es nuestra lucha intentar hacerles ver que los valores deben prevalecer por encima de todo en nuestras relaciones y no podemos perder las energías por lo que otros hacen mal. Hay cosas que por supuesto pertenecen al cambio permanente en la empresa pero hay otras que deben prevalecer para no perdernos en un laberinto que nos tejen precisamente aquellos que lo hacen fatal, aquellos que se saltan los valores y las normas éticas porque buscan atajos artificiales que solo acaban perjudicando a toda la sociedad.
Hay empresas muy centradas en el producto y otras muy centradas en los clientes y ambas fórmulas viven en según qué mercados pero no tener claro dónde estamos nos lleva a la desaparición de la empresa, por ello es indispensable estar alineados en torno a objetivos y estrategias concretas y no permitir que nada altere esto o luego es casi imposible de reconducir. Por cierto que son tiempos en la mayoría de los mercados de estar orientados a los clientes salvo que tengas un producto tan innovador o diferenciado o una marca tan potente que te permita lo contrario.
Para estar bien centrado en el cliente debemos saber tratar mejor al verdadero cliente del que no lo es, no podemos dedicar nuestro tiempo a personas que es imposible que encajen en nuestro sistema y eso tenemos que saber detectarlo a tiempo o tendremos un boquete abierto en el casco del buque. Una cosa es la atención al cliente, aspecto necesario en cualquier organización y otra cosa es la atención centrada en el cliente.
Ahora mismo seguramente todos los clientes son necesarios pero no hay que invertir demasiados recursos en los mediocres o nos faltarán estos para dedicárselos a los mejores clientes.
Para tener una empresa centrada, equilibrada, se necesita que la cultura sea de equipo o esta se comerá a la estrategia mediante las constantes distracciones en las numerosas curvas que producen algunas personas.
Al igual que exigimos a los profesionales iniciativa, creatividad y pasión en estos momentos debemos exigir responsabilidad para que permanezcan centrados en su labor y que no se salgan del trazado por donde todos los restantes vamos caminando, esto resta eficiencia y retrasa a todo el mundo y por lo tanto no es admisible.
Por ejemplo solo podemos admitir un lenguaje adecuado donde puede existir la palabra fallo pero no la palabra fracaso, hay que eliminar del vocabulario ciertas matizaciones que se oyen demasiado a diario y seguro que si permanecemos centrados acabaremos admitiendo ciertos fallos pero que nunca nos apartarán de la posibilidad de acabar consiguiendo nuestros objetivos. En esto consiste precisamente tener el control, en no dejar que nada ni nadie nos desvíe de nuestro camino, como dice el slogan publicitario la potencia sin control no sirve de nada y esto debemos aplicarlo al día a día de nuestra compañía o lo lamentaremos.
Un caso muy claro de distracción fatal fue escuchar el otro día a un joven decir que para que iba a formarse si luego no iba a encontrar el trabajo que deseaba a lo que le respondí que ahora desde luego ya no lo iba a encontrar ya que se desviaba claramente del centro, de lo prioritario, de lo importante pues tener formación es condición necesaria pero no suficiente pero no tenerla es llevar la carta perdedora.
Y no confundamos las cosas ya que tener flexibilidad en una empresa es una cosa necesaria pero no significa que por eso dejemos de estar centrados en determinados objetivos, ser flexible es estar dispuesto a cambiar lo que no funciona pero no estar continuamente distraído desviándonos de lo acordado.
La concentración es una de las claves del éxito de las mejores empresas y es signo de claridad, de saber lo que se quiere lograr y como lograrlo y por eso las distracciones son tan letales porque producen desorganización, descontrol, sensación de inseguridad en el resto del equipo y falta de enfoque. Solo si estamos centrados, concentrados en unos objetivos daremos valor a nuestros clientes y conseguiremos la excelencia, cuando haya que cambiar de dirección lo haremos pero después de las correspondientes reflexiones y comprobaciones objetivas y no por dar una curva innecesaria en una carretera recta. Además provocar ahora más confusión en nuestra gente no solo no ayuda sino que potencia el desánimo y la angustia emocional, el efecto contrario al necesario en estos precisos momentos.
Esperando y deseando que todos sepan encontrar su sitio, su centro y no se desvíen por distracciones del ruido exterior, me despido como siempre con unas frases que nos piden atención:
1. No es necesario decir todo lo que se piensa, pero si es necesario pensar todo lo que se dice.
2. Si te desvías del camino puede que no lo vuelvas a encontrar cuando lo busques.
3. La coherencia es una demostración de respeto hacia nosotros mismos.
José Carrasco
Director General de Fersay Electrónica
www.josecarrascolopez.com