En el mundo de los negocios muchos piensan que por el mero hecho de ser quienes deciden pueden hacer lo que quieran sin prestar atención al estricto cumplimiento de todos sus compromisos, dando una imagen negativa tanto hacia su marca personal como perjudicando gravemente a su empresa.
Hoy más que nunca la seriedad, la formalidad y el cumplimiento de lo pactado marcan a las empresas y definen su imagen ante el resto del mercado.
Los contactos hoy en día son múltiples con fabricantes, distribuidores, minoristas tanto en ferias sectoriales, eventos empresariales, contactos en la calle, contactos en redes sociales y todo esto hace más importante que nunca cumplir nuestros compromisos.
A nivel interno igualmente produce efectos positivos o negativos el demostrar que se cumplen o no los compromisos tanto por parte de los jefes como de los empleados.
Es obvio que no tenemos un buen ejemplo en quienes gobiernan y han gobernado el país pero a nivel económico el impacto de la falta de cumplimiento de compromisos en las empresas es mortal.
Cualquier pyme forja una imagen a través de su líder que se supone con el ejemplo arrastra a los suyos hacia el cumplimiento de valores o principios y que garantizan de este modo un buen clima con sus proveedores, clientes y organismos oficiales.
Aquellos lobos solitarios que se creen con derecho a hacer lo que les da la gana según su estado de ánimo y crean una atmósfera irrespirable para el resto del equipo están condenados a medio plazo a desaparecer de un mercado que ya no acepta chulerías ni los incumplimientos por parte de nadie.
Ya no solo será el boca a boca el que acabe generando un rechazo externo hacia esa empresa sino que a nivel interno nunca tendrá buenos profesionales ya que nadie está dispuesto a trabajar bajo el capricho del jefe sin análisis profesionales éticos.
Aquellos que no dan la talla nada pueden transmitir a sus equipos, ni crear cultura de empresa ni visión y misión de la misma y por lo tanto deambulan sin rumbo claro.
Quienes actúan en un mercado despreciando a proveedores no famosos en el presente, despreciando clientes no demasiado grandes ahora y despreciando empleados jóvenes sin experiencia están cavando su propia tumba a gran velocidad pues los mercados cambian, las personas evolucionan y las situaciones son nuevas cada cierto tiempo y solo quienes saben competir en todos los momentos perduran pero para ello hay que gozar de buena imagen y eso solo se consigue con el cumplimiento de compromisos y con el trato exquisito hacia los demás interlocutores.
Algunos expertos dicen y con razón que somos juzgados por lo que terminamos y no por lo que empezamos, y en la vida empresarial al igual que en el fútbol hay un 2º tiempo que a veces en nada se parece al primero o muy poco, por eso cualquier falta de seriedad o cualquier atisbo de arrogancia pasan una factura muy cara.
Una parte muy importante de lo que significa una marca lo compone el comportamiento de sus principales responsables con su actitud hacia el resto de actores de un mercado.
Todo se te suele volver en contra cuando practicas la indiferencia, el desprecio hacia otros que están en tu mismo mercado ya que ahora los que siguen estando tienen muchas posibilidades de estar bastante tiempo pues si han aguantado estos últimos años tan terribles quizás más tarde o más temprano los necesites.
No se pueden valorar los comentarios negativos de tus proveedores, clientes o empleados ante tus incumplimientos o tratos inadecuados que practicas pero seguro que el daño es inmenso a pesar de que tú ignorancia y soberbia te pongan gafas de hormigón que no te dejan ver la realidad. Si apareciese ese valor contablemente en el balance deberías dimitir de inmediato o te obligarían a ello seguro.
Lo que generan quienes así se comportan son apatía, frustración y rechazo y acaban por no tener relaciones con nadie porque les dan la espalda o les tratan tan superficialmente que no tienen la información necesaria del mercado, no se dan cuenta de que al final tendrán a todos en contra y perjudicará gravemente a su empresa.
Además el no estar a la altura tratando con respeto y seriedad a los demás solo demuestra inseguridades y complejos por parte de quién lo realiza.
Hoy en día cuando llegan nuevos proveedores o clientes a un mercado ya no se limitan a los informes financieros de una compañía sino a pedir opiniones a muchos actores del mercado con el fin de saber con quién van a tratar y si alguien puede provocar una oportunidad de negocio nunca se lo dará a aquel que goza de mala fama por sus incumplimientos y tratos no adecuados con lo que perjudica gravemente el futuro de su propia empresa que se quedará sin oportunidades de negocio que otros aprovecharán.
Hay quién dijo y con gran acierto que en la vida hay relaciones importantes y no cosas importantes y cada vez se hace más evidente en los negocios.
Estos pasotas que con tal de esforzarse lo mínimo no cumplen los planes trazados ni los compromisos adquiridos pagarán sin duda un alto precio en forma de merecido fracaso.
Algunos son incapaces de decir que no quieren adaptarse a los mercados y no dejan que se hagan cosas nuevas en su empresa, que se implanten nuevos proyectos con nuevos proveedores, nuevos clientes o incluso nuevos mercados si el momento y la empresa lo necesitan.
Por supuesto este tipo de personas jamás llegan a formar equipos ya que sin el cumplimiento de compromisos, el respeto y el buen trato hacia los demás nunca habrá gente leal ni fiel para llevar a cabo el proyecto.
El carácter condiciona el destino, quién ignora será ignorado, quién menosprecia será menospreciado y quien no sabe valorar lo justo perderá toda nueva oportunidad.
Nadie que no haya sabido ver una oportunidad podrá quejarse después de ver como sus competidores la aprovechan mejor, solo por ser más profesionales y saber llevarla a la práctica, cosa que el anterior no fue capaz de hacer.
Pero en el país de la envidia luego de ser poco educado, poco amable y cerrado a nuevas ideas es curioso que protesten porque se les da la oportunidad a otros.
Todos estos síntomas de no relacionarse nada más que con los muy conocidos de toda la vida quitan la posibilidad de aprender nuevas cosas beneficiosas para nuestros negocios y nos limitan hasta la asfixia (el ego te da una vida limitada).
Normalmente hoy día el éxito en los negocios suele estar del lado de aquellos con gran capacidad de relacionarse, de los que escuchan nuevos enfoques y de los que tratan bien a todos los actores del mercado sin minusvalorar a los nuevos o a los que evolucionan.
Me despido como siempre deseando mucha suerte a los que no cumplen sus compromisos porque la van a necesitar en grandes cantidades y deseando éxito que seguro lo tendrán a los que se relacionan con la suficiente clase y seriedad con unas frases para reflexionar al respecto:
-No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás ni a un tonto por ningún lado.
-Cuando te mueres no sabes que estás muerto, no sufres por ello, pero es duro para el resto. Lo mismo ocurre cuando eres imbécil.
-Camina y el mundo caminará contigo. Detente y el mundo caminará sin ti. Tú eliges.
-La gente que marca la diferencia nunca espera el momento justo. Ya saben que nunca va a llegar.
-Dentro de veinte años estarás más decepcionado por lo que no hiciste que por lo que hiciste.
José Carrasco
GRUPO FERSAY
www.josecarrascolopez.com