Estamos en una fase donde vivimos cada día con sobresaltos y nuevas acciones continuas que impactan en los mercados y que aparte de que no nos dejan margen para preparar bien cada cambio nos añaden confusión y dudas diarias.
Parece como si ahora la actividad de nuestras micro y pequeñas empresas (mayoría absoluta en España) fuese una carrera de obstáculos continuos sin casi tiempo para saltar una y otra vez hasta llegar a la meta que por cierto se va alejando a medida que nos acercamos a ella como si algo la moviese siempre hacia adelante.
Es obvio que la economía europea y sobre todo la española, están en una fase de gran debilidad, en parte por no ser competitivos y en otra parte por los problemas mundiales.
Ahora con la falta de suministros desde China por el nuevo virus si ya nos costaba conseguir los objetivos de ventas todavía será más difícil poderlo llevar a cabo, pues esta vez perderemos ventas, pero por falta de producto.
La mediocre política y el mal ambiente social penalizan al consumidor que decide no consumir, por miedo psicológico en parte y real y eso es otra valla difícil de saltar.
Es necesario un escenario más amable para los negocios y dejar de fomentar desde la educación y la política que todo lo malo que pasa en la sociedad es culpa de las empresas, aparte de ser una gran injusticia social ya que los autónomos, comercios y pequeños empresarios son los que más deben trabajar para poder seguir funcionando y encima todo son trabas, pegas y nuevos problemas para ellos.
Así el paro subirá de forma espectacular y luego toda la sociedad saldrá perjudicada.
Es necesario quitar obstáculos en lugar de generarlos si queremos que el tejido económico español no se convierta en un cierre constante de empresas que se están quejando de lo difícil que les resulta vender y encima tienen cada día más vallas que saltar en forma de nuevos problemas generados por el exterior y muchas veces también totalmente injustificados y manipulados intencionadamente.
Por desgracia muchas personas solo se acuerdan del empleo que tuvieron cuando ya lo han perdido en lugar de ayudar luchando por mantener el negocio sano y vivo.
Se necesita cambiar la psicología hacia los valientes que luchan cada día por abrir la persiana de su negocio y que pagan sus impuestos para contribuir a una mejor sociedad y ahora los jóvenes no piensan así por desgracia por estar contaminados con unas informaciones nada realistas. Ni España es país de grandes empresas (solo hay unas pocas en este apartado que juegan su propia liga) ni España puede tener más empleados públicos que el resto de países Europeos más ricos que nosotros como ya sucede.
Hay que dar ejemplo si queremos una sociedad sana desde arriba gestionando muy bien los recursos públicos para que luego todos los que tienen o ponen un negocio lo gestionen bien y las personas se gestionen bien en su propia vida privada.
Deberíamos inculcar en los niños y jóvenes el saber gestionar con ética y buenas prácticas los recursos que tengamos disponibles. Y que nada es gratis, todo tiene un coste y siempre alguien paga por eso que nos dicen que es gratis, por eso hay que saber valorar y usar cualquier recurso disponible que tengamos a nuestro alcance.
Dejemos de poner palos en las ruedas al mundo económico y en su lugar demos un empujón a todos aquellos que quieran invertir y esforzarse en generar actividad económica que generará empleo a corto plazo normal y a medio plazo de cierta calidad.
Ayudemos a mantener y aumentar el número de empresas y solo así tendremos una mejor sociedad y sobre todo menos problemas pues está demostrado que en las sociedades donde hay más gente trabajando hay menos problemas que en aquellas donde hay mucho paro y se generan más actividades delictivas y nada éticas.
Y mejoremos el sistema educativo para preparar a nuestros jóvenes a ser capaces de gestionar sus emociones, sus frustraciones y sus errores para que sean capaces de dar lo mejor donde vayan a trabajar o emprender, pero esto solo es posible si les inyectamos una alta dosis de realismo y dejamos de inyectar veneno y mentiras en contra de las empresas, no se debe generalizar nunca pues al igual que hay más cantidad de buenos empleados que malos, lo mismo ocurre con los que tienen pequeñas empresas, hay más buenos que malos.
Aquí una verdad como un templo que dijo Marco Publio Cicerón hace mucho tiempo y que nunca se nos debería olvidar:
-No tendremos una sociedad sana hasta que el pueblo sea culto, las leyes sean justas y los gobernantes sean honrados.
Parece que seguimos sin conseguirlo, pero la verdad es que ahora mismo nos vendría muy bien pues lo necesitamos más que nunca.
José Carrasco
Fersay Electrónica,s.l.
Blog: www.josecarrascolopez.com