Sin duda es en estos momentos cuando necesitamos más gladiadores que nunca, más gente dispuesta a volverlo a intentar a pesar de la atmósfera externa nada favorable para una empresa. Pero ojo como todo antes debemos dar ejemplo para contagiar a nuestro equipo de esa especial capacidad de recuperación solo apta por otra parte para los mejores, ahora veremos a cada uno del equipo en su auténtica dimensión ya que solo se ve quién está realmente comprometido en los momentos duros y esto en general, no solo en lo laboral.
Pretender no cometer algunos errores en momentos de cambios tan bruscos es no estar preparado sencillamente para esta misión de salir adelante con tantos condicionantes negativos, hay que intentarlo y si no funciona cambiarlo y probar como mejorarlo, sin complejos, sin culpabilidades, sin buscar culpas externas cuando la decisión la tomamos nosotros.
Nadie quiere cometer errores, algunos son por usar los mismos métodos que en el pasado en un mundo que ya cambió y necesita de nuevos procedimientos adecuados al nuevo entorno. Otros son por desconocer las nuevas realidades, por habernos quedado atrás en las tendencias, en los cambios del entorno y otros son por no vislumbrar los cambios reales producidos dentro de nuestra propia empresa, si dejamos que gente desanimada tome una decisión trascendental en mal momento psicológico puede que contribuyamos al error por omisión o por no estar donde deberíamos estar. Ahora más que nunca hay que estar con los nuestros y tenerles más informados de la realidad y de las posibles soluciones que veamos entre todos, ahora sí que se cumple aquello de que 4 ojos ven más que dos y 6 más que cuatro salvo que alguno se tape la vista aposta por no querer ver, por desgracia también los hay.
No se puede pretender trasladar o apoyar el mensaje de que cuando esto mejore volveremos a lo que había antes del hundimiento, eso es sencillamente engañar. Ahora hay que dejar claro que luchamos por objetivos diferentes, ya no por las vacaciones más largas y más costosas de Europa como pasó, ya no por los consumos exagerados comprando lo que no necesitábamos, ahora hay que luchar por salvar los puestos de trabajo en primer lugar y el resto es secundario y vendrán ligeras mejoras si nos esforzamos lo suficiente, si sabemos aprender a caernos y levantarnos cada vez que haga falta.
Se acabó exigir más de lo que somos capaces de aportar, se acabó trasladar mis problemas personales a la empresa como si esta tuviera la culpa de mis decisiones personales erróneas, se acabó pensar que otros están ahí para solucionar los problemas pero yo solo tengo que ir y cumplir un horario.
Las caídas de empresas que parecían dioses desde 2008 en España demuestra que nadie está a salvo y que para que el barco flote todos debemos remar y en la misma dirección y encima con actitud positiva o contribuiremos a que algunos se caigan y no sean capaces de levantarse y tendremos que remar entonces nosotros más todavía por tener uno menos aportando.
Algunas empresas cuando las cosas han ido bien han proporcionado buenos dividendos a todos y buen patrimonio a los máximos responsables, si ahora admitieran errores pasados quizás su equipo estaría más dispuesto a remar y a intentar caerse y levantarse cuantas veces haga falta, pero siempre el reconocimiento de errores por delante, porque muchas empresas se habrían salvado si hubiesen llevado mejores políticas o estarían algo mejor con una mayor dosis de prudencia, siempre hay que tener armas por si vienen malos tiempos.
Lástima que parte del poco ahorro actual de los españoles sea por miedo, es una pena que las decisiones no sean por otros parámetros mucho más lógicos y realistas al igual que en algunas empresas.
No hay sitio para los inválidos sociales que exigen mucho pero no aportan nada o muy poco, ahora sí que se sabe la diferencia entre estar ocupado y ser productivo o rentable. Este grupo de cara duras que han vivido del cuento del sueño de la abundancia se acabó, de momento en la parte privada y si algún día somos capaces se acabará en la parte pública que es donde sigue el desastre ya que un país donde el 36% mantenemos al resto de la población no tiene todavía la salida a la vista. Tampoco hay sitio para los desnutridos mentales que solo se quedan con lo tóxico en la grabadora cerebral.
Para aprender a caerse y levantarse sin suicidarnos ni cargar culpas a otros ajenos es preciso saber transformar noticias negativas abundantes en exceso en acciones positivas en el día a día, esto es un arte pero o se hace o no habrá salida. Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra sí.
Y ojo tan peligroso como dejarse llevar por un exceso de noticias negativas de tantos cenizos no dispuestos a caerse y levantarse es creerse lo contrario, que algunos ven espejismos donde no los hay y plantean tiempos de solución de esta época muy cortos que para nada están basados en pruebas concretas y concluyentes y esto tampoco es bueno para tomar decisiones, hay que encontrar un equilibrio aunque ahora sea muy complicado. No olvidar no obstante que el esfuerzo y el sacrificio son los mejores antídotos del desánimo y esto hay que inyectarlo ahora en nuestro equipo. Como dice la famosa frase: la tristeza no se llora, se supera.
Que los concursos de acreedores hayan crecido más de un 30% en 2013 con el año anterior después de 6 años de caída puede significar que estamos ya tocando fondo pero nadie sabe a ciencia cierta cuanto tiempo estaremos ahí o si faltaba otro poco para llegar al verdadero y profundo fondo a finales de año.
Pero una empresa se planifica con los ingredientes actuales y a corto plazo según están ahora las cosas y por ello la capacidad de resistencia y persistencia es más importante que nunca, si somos capaces de ganar nuevos músculos que antes no necesitábamos pero ahora sí, será sin duda una de las cosas que más nos ayudarán a sobrevivir a corto plazo para salir reforzados a medio plazo.
Y todo esto desde la dirección de la empresa hay que vivirlo junto al equipo, sin disimulos ni maquillajes, la realidad se debe conocer ya que la forma de comportarnos y comunicarnos determinará el éxito o fracaso de todo el equipo, solo el ejemplo arrastra como si fuese una ola gigante o un huracán.
Y comparativas ahora más que nunca con nosotros mismos, la pregunta debe ser estamos mejorando como seres humanos y profesionales en comparación a lo que éramos hace 1 año? Competir sí, pero antes conmigo mismo, como dicen los japoneses al kaizen o mejora continua, o como hace un ciclista cuando hace contrarreloj varias veces el mismo recorrido para ver cuando tarda menos luchando contra sí mismo. Las energías gastadas en pensar demasiado en otros se nos restan para mejorar internamente y eso es malo.
No es momento de muchas comparaciones con otros de los que nunca se sabe la situación exacta y si no comprobemos la larga lista de sorpresas habidas en estos últimos años en España con empresas emblemáticas y todopoderosas desaparecidas o a punto de hacerlo que parecían invencibles.
Y en estos tiempos todos los que están en las empresas son importantes, hasta en la fórmula uno el que cambia la rueda puede determinar el éxito o el fracaso y en ciclismo el que arregla un pinchazo igual.
Lamentarse y culpar al exterior de todo además de cobarde crea un sentimiento de vergüenza por lo que realmente somos a la larga, es mejor el sentimiento de culpa por el error cometido, al menos nos permite rectificar y aprender y cultivaremos el saber caernos y levantarnos con mayor naturalidad.
Me despido como siempre deseando mucho éxito a los preparados y esforzados y muchísima suerte a los mediocres y comodones porque lo tienen casi imposible con unas frases para su reflexión:
-Si alguien va cuesta abajo no necesita motivación para ir más deprisa, lo que necesita es educación para cambiar su destino.
-Si no te gusta lo que te sucede, cámbialo, tú no eres un árbol.
-Definición de problema: recurso indispensable para crecer.
-Leer sin reflexión es como comer sin digestión.
-Si me traes un problema ya tengo dos: el que me traes y tú mismo.
-Cuál es la diferencia entre la escuela y la vida? Que en la escuela primero aprendes la lección y luego te ponen a prueba y que en la vida primero te mandan la prueba y luego aprendes la lección.
-Esclavo solo es aquel que espera a que alguien venga a liberarlo.
José Carrasco
FERSAY ELECTRONICA.
Blog: www.josecarrascolopez.com