AVANZAMOS JUNTOS O CAEMOS SOLOS? 12-NOVIEMBRE-2012:

Es bien sabido lo difícil que resulta la cooperación entre empresas en los países latinos en comparación a los anglosajones, japoneses o los vecinos del norte de Europa y es que nuestro carácter y nuestra cultura tiene algunos complejos pendientes de solucionar ya que el pensar que para que unos ganen otros tienen que perder es un gravísimo error y más en la actual situación donde están desapareciendo empresas y las que resisten lo están pasando bastante mal salvo excepciones.
Todos los que llevamos muchos años en el mercado estamos viendo como algunas empresas que no vendían precisamente calidad han desaparecido y los clientes argumentaban que solo les compraban por precio pero resulta que ahora se han quedado sin proveedor, de qué les ha servido?
Siempre hemos dicho lo importante que es diferenciarse y que las alianzas entre empresas, los acuerdos, los aumentos de productos a vender así como la innovación o vender productos que antes no comercializábamos y dar un mejor servicio al cliente son ayudas para mejorar en estos delicados momentos.
Y hay que tener claro que en las alianzas si son serias y entre empresas con proyección de futuro siempre ganamos todas las partes y en momentos de bajo consumo esto es clave para resistir mejor.
Por desgracia hay gente que prefiere negarse al cambio, negarse a la adaptación, negarse a lo nuevo, negarse a ampliar gama de producto, negarse a mejorar el servicio a sus clientes y seguir con el mismo chip hasta que ya es tarde y sus competidores ya han dado el paso y ellos han perdido la oportunidad tratando de sacar de donde ya no hay y haciendo lo mismo que siempre que lo hacen más de los que el mercado puede absorber y es que intentar sacar más haciendo lo mismo es esfuerzo inútil.
El negarse a nuevos productos, a nuevos proveedores, a nuevas técnicas de formación para sus plantillas, a nuevas estrategias hacia el mercado solo empeora la situación de estancamiento actual.
Falta mucha inteligencia emocional que tiene como características la confianza, la capacidad de relacionarse positivamente, de cooperar juntos, de hacer trabajos en común, se puede y se debe trabajar en equipo también entre empresas y no solo internamente.
Los llaneros solitarios no llegan a nada y menos actualmente porque además son apáticos y transmiten poco interés, poca pasión y en definitiva indiferencia y siempre se dijo aquello de que te castigaré con el látigo de la indiferencia, pero eso llevado al mundo de los negocios es cancerígeno. Este tipo de personas son lógicamente egocéntricos, creídos, soberbios y solo se quieren muchísimo a ellos mismos y por eso son incapaces de llegar a cambiar si para ello deben alcanzar acuerdos de cooperación con otros. No se dan cuenta que incluso si la empresa está bien podría mejorar mucho con alianzas con otras compañías.
No se dan cuenta que hoy día para gestionar bien a su equipo la creatividad es fundamental ya que creando y haciendo nuevas cosas se genera orgullo de pertenencia y es que la gente lo que quiere y espera de sus jefes es nuevas salidas, nuevas alternativas o nuevos complementos que al menos demuestren que realmente se quiere salir del pozo haciendo algo digno y no quejándonos que siempre desmotiva. Las soluciones nuevas reducen el stress y por lo tanto ayudan a las personas y las animan a mejorar.
En períodos estables las empresas requieren de gestores que calculen bien las previsiones, que planifiquen, pero en momentos de incertidumbre se requieren líderes que transformen la empresa, que acaben con la zona de confort de la gente (mejor que enviarla luego al paro) y que sepan comunicar que la creatividad genera inestabilidad a corto plazo pero no hay crecimiento ni desarrollo sin pagar el peaje de la inestabilidad.
Los cambios realmente transformadores son más debidos a la pasión que al cálculo, cuando dirigimos debemos practicar las dos ya que ni solo cálculo ni solo pasión pueden hacernos efectivos pero en épocas de mucha inestabilidad como ahora se necesita una mayor dosis de pasión.
Muchas veces la experiencia impide aceptar los cambios, por eso el buen directivo o gestor de su pequeña pyme aprende, desaprende y vuelve a aprender. Es como los cohetes que despegan rumbo al espacio y llevan multitud de módulos o partes y luego van soltando algunas para seguir con su misión una vez ya no le sirven.
Nuestra experiencia nos pone gafas en lo que vemos intentando llevarnos al pasado buscando situaciones similares para comparar que hicimos entonces, pero resulta que buscamos soluciones en la experiencia sin que esta crisis la hayamos vivido antes y desde luego si la experiencia anula mi nuevo aprendizaje estoy perdido.
Nuestro currículum es solo el cementerio de nuestros éxitos ante este momento tan especial que vivimos.
Y es que no es lo mismo crecimiento que desarrollo, para lo segundo necesito mucho más conocimiento.
Al igual que si hacemos un diagnóstico sin terapia solo habremos conseguido la autopsia, el retardo en aceptar el cambio nos perjudica gravemente en la empresa. Además las crisis son momentos de acción, no de tranquilidad y de parálisis.
Dirigir en épocas de crisis incluye aceptar y gestionar el temor, el miedo, tanto el propio como el de nuestro equipo al que debemos saber transmitir con total transparencia las posibles soluciones.
Hay 3 modos de gestionar el miedo, están los dirigentes que comunican que no pasa nada y su gente se asustará porque no coincide con lo que ven en la realidad y solo conseguirá que se incremente el miedo aún más en el equipo, luego están los que hacen catastrofismo puro y duro con profecías auto-cumplidas que luego sucederán y encima se creerán en posesión de la razón y por último están aquellos que comunican con objetividad y realismo acompañándolo de soluciones y esto es lo único que reduce el miedo.
Hay demasiado experto en este país en contarte la quiniela pero en lunes y en las empresas no podemos esperar a que sea demasiado tarde para implantar cambios, nuevas opciones, nuevos hábitos.
Si el conocimiento que tengo actual no me da soluciones debo coger nuevo conocimiento aprendiendo y no por ello voy a ser menos que nadie, lo importante ahora es salvar y mejorar mi empresa, no mi ego.
El aprendizaje es una actitud ante la vida, es incorporar nuevo conocimiento porque quiero seguir teniendo éxito, de hecho cuando ya no aprendo nada es porque he llegado a mi vejez y si no aprendo nada tampoco estaré en condiciones de solucionar ningún reto en mi compañía. Las crisis nos obligan a reiniciar procesos de aprendizaje y unos lo consiguen y otros tienen que retirarse no pasando mucho tiempo.
Ser viejo en la empresa se detecta cuando respondo ante una situación con historietas del pasado, no hay que olvidar que la vejez es psicológica, es algo que decidimos internamente, es decisión voluntaria como reacciono ante cualquier situación.
Lo realmente positivo es cuantas veces me he enfrentado a una nueva situación en los últimos meses y no he intentado recurrir al pasado para hacer comparaciones?
Toda crisis provoca una nueva organización y una nueva mentalidad o por muy bien que nos organicemos no profundizarán los cambios lo suficiente como para conseguir mejoras a corto y medio plazo. No olvidemos que cambiar en la empresa es cambiar los comportamientos y las actitudes de todos los que formemos parte de la empresa.
Una de las situaciones a las que nos tenemos que enfrentar sí o sí es a las alianzas, a los acuerdos con nuevos proveedores, nuevos clientes, nuevas marcas y si no soy capaz porque no quiero cambiar, porque no quiero adaptarme, porque no quiero aceptar la nueva situación es que ya no estoy en condiciones de dirigir mi empresa salvo que la dirija al abismo.
El mundo está cambiado a gran velocidad, las empresas que van quedando son distintas, la baraja cambia y las posibilidades son distintas, o me adapto al nuevo juego o estoy perdido y no me puedo sentar a jugar, me expulsan de la mesa porque me empeño en seguir con las cartas antiguas y al juego obsoleto.
El idioma actual es cooperación, alianzas, trabajo en equipo externamente además de internamente, propuestas, ideas, nuevas soluciones conjuntas para mejorar ambas partes, dejando de lado los complejos de la desconfianza, de la vieja propuesta equivocada y sabiendo trabajar en gano-ganas-ganamos.
Me despido como siempre con algunas frases que nos hagan reflexionar sobre estos temas:

No te quieren por lo que tú haces, sino por lo que ellos obtienen.
La preocupación debería llevarnos a la acción y no a la depresión. Para motivación agua y jabón.
Nunca interrumpas a tu enemigo cuando esté cometiendo un error.
El talento sin esfuerzo es puro cuento.

José Carrasco
Director general FERSAY ELECTRONICA, S.L.

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