¿QUE REFLEJAMOS EN NUESTRAS EMPRESAS?

Si siempre fue importante saber que transmitimos desde nuestra compañía, ahora es todavía mucho más determinante, ahora sí que podemos marcar la diferencia entre el éxito o el desastre más absoluto.
Estamos en la era del miedo, del temor, la gente teme quedarse sin trabajo (aunque algunos no hacen mucho por evitar que la empresa vaya mal) la gente teme que les quiten parte de sus ahorros (aunque algunos lo tienen mucho peor con los desahucios y los engaños de las preferentes) la gente teme que no haya empleo (aunque algunos en realidad solo temen no tener un sueldo porque todavía no se han enterado de nada), la gente teme que los bancos no presten, la gente teme que le suban los impuestos para seguir aumentando el déficit de las enormes Administraciones Públicas Españolas, la gente teme no saber vivir en esta nueva época de decadencia Europea, la gente no ha asimilado todavía que el famoso estado de bienestar ya no es posible y que eso de tener solo derecho a todo se acabó, que antes de gastar o utilizar un servicio hay que producirlo uno mismo y que nunca fue justo vivir unos a costa de otros. Pero por desgracia nos educaron para tener derecho a todo, no para obtener nuestros propios ingresos, no para que nuestra supervivencia dependa de nuestro esfuerzo y nuestra preparación.
Estamos viviendo el peor ejemplo posible en nuestro país con la corrupción, el pillaje, el aprovechamiento descarado, el egoísmo sin límites, las injusticias de unos pocos privilegiados a costa de otros y todo esto es por desgracia la actualidad que tenemos, es lo que hay mal que nos pese.
Con estos condicionantes tenemos que ir todos los días a trabajar y sacar adelante nuestras pymes pero no olvidemos que todo el mundo lo sufre y por lo tanto lo único que podemos hacer es ir al contrario (que ya es difícil) de esta sociedad injusta, insolidaria y sobre todo insoportable.
La pregunta del millón ahora es: que transmito realmente desde mi empresa por pequeña que sea? Una cosa es lo que crea que transmito y otra puede que sea una realidad bien distinta.
Si la sociedad española es mediocre en estos momentos es por falta de un auténtico liderazgo, por lo tanto debemos averiguar cómo estamos liderando ahora la empresa y que reflejamos a nivel interno ante los nuestros y a nivel externo ante el resto de actores del mercado.
El Liderazgo se basa en tener clara la visión, comunicar la misma con la mayor pasión posible y desarrollar el talento de nuestro equipo inculcándole valores, principios y priorizando toda la gestión hacia la comodidad del cliente, no hacia nuestra propia comodidad. El centro de nuestras estrategias y por lo tanto de nuestras decisiones debe ser el cliente. Hay algunos líderes que producen más valor para sus empresas porque planifican mejor, organizan mejor, tienen clara la visión y la misión y no la pierden de vista nunca.
Hay algunos líderes que comunican mejor que otros y fortalecen la marca desde dentro mientras que otros casi borran la imagen que ya tenían.
Hay algunos líderes que se creen que en esta sociedad actual hay atajos pero no es cierto, solo ven espejismos y por eso nadie más los ve porque solo es su imaginación, no la realidad.
Hay algunos líderes que solo provocan con su actitud estampidas emocionales en los demás, que añaden más leña al fuego en un momento de grandes incertidumbres difíciles de asimilar para todos.
El nuevo espíritu de las empresas que van a sobrevivir será el de aquellas que busquen personas con motivación y actitudes positivas en estos difíciles momentos, solo hacer bien el trabajo ya no será suficiente motivo para tener un empleo, serán empresas desarrolladoras de personas para que estas puedan tomar decisiones y así evitar que el líder tenga que ocuparse de cosas urgentes pero no importantes. Las empresas solo querrán personas con sentimientos de equipo, con orgullo de pertenencia a la propia marca y no querrán personas con absentismo espiritual o presencial, ya no es garantía suficiente para tener un empleo estar ahí, ahora hay que producir ideas, innovaciones, mejoras, nuevas perspectivas comerciales.
Los líderes actuales deben saber negociar desde la mentalidad de construir valor juntos, muchos confunden comparar precios con negociar, nada que ver una cosa con otra, se consigue mucho más cuando se crean nuevas alternativas con nuestros proveedores, clientes y empleados, cuando se piensa en grande en cómo hacer la tarta de mayor tamaño y no como quitarle un trozo a la otra parte.
Los que dirigimos ahora las empresas tenemos la obligación de actuar, si no hacemos nada estamos dejando a la deriva al barco y los tripulantes lo saben y lo que esperan de su capitán es que al menos haga algo por cambiar el rumbo, cambiando de dirección podremos encontrar nuevas opciones pero de lo contrario ya sabemos lo que nos espera, más de los mismo.
Debemos averiguar en qué modo estamos ante los demás, si estamos en modo zombi, en modo silencio, en modo apagado o en modo activo. El modo o actitud es determinante porque cualquier líder sabe que los conocimientos y las habilidades que tengamos nosotros y nuestra gente suman pero las actitudes multiplican.
Ahora con la tensión en la que vivimos en nuestra sociedad llena de sustos a diario es cuando hay que estar a la altura y tener más inteligencia emocional que nunca, tener más capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, tener más empatía para entender a los demás. Esto afecta a todos, primero a nosotros mismos, luego a nuestros empleados, clientes y proveedores, por lo tanto la influencia de todos estos aspectos es muy potente. Desde luego que no es fácil, pero por eso estamos en período de selección, el mercado dejará solo a los mejores, a los capaces de hacer un maratón, no una carrera rápida.
Dicen los expertos que solo hay futuro para las personas y empresas que aprendan y solo aprendemos si queremos, por lo tanto es la actitud la que determinará quién se queda y quién debe cerrar. Por cierto no vale aprender solo aquello que más nos guste, debemos aprender aquello que vayamos a necesitar para lograr los objetivos junto a nuestro equipo. Nada de acomodarse ahora ni de zonas de confort.
Hay que provocar cambios, provocar que pasen cosas distintas porque esto en definitiva es fabricar tiempo productivo, provocar que pasen nuevas cosas en la empresa.
Está demostrado que la tristeza, la apatía y el aburrimiento (en crecimiento por desgracia ahora) lleva más gente al psicólogo que los muy activos y con la actitud adecuada. No podemos dejarnos arrastrar ahora por la corriente, hay que huir de los pesimistas que por otra parte suelen ser perezosos.
Ahora hay que practicar la maestría emocional sabiendo diferenciar las distintas emociones de todos y sabiéndolas gestionar, no ignorándolas porque eso las hace más potentes, no hay que resistirse a las emociones, somos humanos, hay que gestionarlas.
Es tiempo de propuestas concretas y no de quejas y lamentos, es hora de crear ambientes de confianza y no de enfrentamiento, es hora de ver la empresa como nuestra oportunidad de ganarnos la vida una serie de personas honestamente y no como algo que tiene 2 partes y deben estar enfrentadas entre sí.
Hay estudios recientes que demuestran que nos cuesta mucho en nuestra cultura latina llegar a colaboraciones entre empresas, somos demasiado desconfiados y no nos comunicamos bien, otro estudio habla de suspenso mayúsculo en España en las relaciones entre empleados y dirección de empresa y esto ya no tiene ningún sentido por ninguna de las dos partes.
Estamos viviendo un momento crucial, un momento clave que nos requiere la máxima atención hacia la sensibilidad a la hora de comunicarnos y actuar. Ahora va a depender de lo que reflejemos hacia el resto la actitud que tomen hacia nosotros y hacia nuestro proyecto que debe ser el de todos, ahora sí que nos necesitamos más que nunca unos a otros, no lo estropeemos por nuestra negligencia.
Deseándoles como siempre muchos éxitos a los preparados y mucha suerte a los demás, me despido con algunas frases que nos hagan reflexionar:

Es la colocación de las velas y no la dirección del viento la que determina donde nos dirigimos.
Presta atención a tus pensamientos porque se convertirán en palabras, presta atención a tus palabras porque se convertirán en actos, presta atención a tus actos porque se convertirán en hábitos y presta atención a tus hábitos porque se convertirán en tu carácter y este marcará tu destino.
Lo que para uno es una oruga, para el sabio es una mariposa.

José Carrasco
Director General FERSAY
www.josecarrascolopez.com

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